POBLACIÓN INDIGENA COLOMBIANA
La región arqueológica colombiana se encuentra ubicada en lo que se conoce como área intermedia, entre el territorio maya y los Andes Centrales y está constituida, por algunos países centroamericanos, por Colombia y Ecuador. Colombia posee costas sobre el mar Caribe y el océano Pacifico; esta magnífica situación la ha convertido en un cruce de múltiples tendencias culturales: de las zonas mesoamericana, circuncaribe, andina, amazónica y pacífica.
PERÍODOS ARQUEOLÓGICOS
La etapa aborigen de Colombia siguió un proceso de formación similar al de otras culturas, pasando por varias fases. Al llegar los conquistadores europeos, encontraron culturas indígenas avanzadas y grupos aislados con elementales sistemas agrarios, alimentándose básicamente de la caza y la pesca.
Las etapas correspondientes a este proceso cultural no tienen una determinación cronológica unificada, ya que los testimonios arqueológicos y geológicos varían en cuanto a datación de fechas. Sin embargo, las más aproximadas son: Paleoindia, Arcaica y Formativa.
- ETAPA PALEOINDIA
Se ubica entre el 15.000 y el 7000 a. de C. Hallazgos arqueológicos en la región de El Abra, cerca a Zipaquirá, y en la hacienda del Tequendama, junto a la región del mismo nombre, muestran artefactos líticos, restos humanos y herramientas elaboradas en hueso y cuerno, como lascas, raspadores, raederas, núcleos y denticulados, lo que manifiesta vestigios de grupos de cazadores y recolectores que se alimentaban no sólo de pequeños mamíferos, sino también de frutos y raíces. - ETAPA ARCAICA
Va del 7000 al 1200 a. de C. Esta etapa se caracteriza por una agricultura incipiente. El principal yacimiento se encontró en Puerta Hormiga, costa del Atlántico, donde cerámicas, conchas, material lítico y fogones, reflejan que hubo grupos humanos recolectores de moluscos y cazadores que iniciaron los primeros hábitos sedentarios y una horticultura primaria. La cerámica de Puerto Hormiga es la más antigua de América. - ETAPA FORMATIVA
Tuvo tres fases: Temprana, Media y Superior. Se extendió del 1200 a. de C., al siglo XVI, hasta la llegada de los españoles. El Formativo Temprano se caracterizó por los clanes de horticultores, la cultura de Momil y el inicio de la cultura de San Agustín.
El Formativo Medio se distinguió en su orden económico por una agricultura más tecnificada, en la cual además de1 maíz se cultivaba yuca, papa, fríjol y cacao; aunque continuaba siendo una economía de subsistencia sin excedentes de producción. En el orden social se dieron los primeros cacicazgos, que son grupos conformados por varias aldeas, y los núcleos, habitaciones con viviendas sobre terrazas. En este periodo se perfeccionaron las manifestaciones artísticas: cerámica figurativa y técnicas perfectas en orfebrería. Florecieron las culturas de San Agustín, Tierra- dentro, calima, quimbaya, sinú y tumaco.
En el Formativo Tardío o Superior, hubo una agricultura avanzada con técnicas desarrolladas, como la irrigación y conducción de agua. Surgió una estratificación social y un avanzado sistema político-administrativo. Los cultos funerarios revelan una intensa vida religiosa. Las culturas representativas de este período fueron la Tayrona y la Muisca. La conquista española interrumpió el proceso cultural de estos grupos.
PRINCIPALES FAMILIAS INDIGENAS QUE POBLARON COLOMBIA
Cuando los conquistadores llegaron al Nuevo Mundo encontraron las tierras habitadas por numerosas tribus indígenas, de diferentes familias, con diversas religiones, idioma y costumbres.
Para los estudios sobre las tribus indígenas, los historiadores e investigadores se han basado principalmente en el aspecto lingüístico. Estos estudios han llevado a clasificar las tribus en tres grandes familias: Familia CHIBCHA, CARIBE y ARAWAK. El referirse a familias significa que se habla de grupos pertenecientes a una misma comunidad lingüística, en los cuales puede haber diferentes dialectos y lenguas, pero con una base en común.
FAMILIA LINGUISTICA | TRIBU INDIGENA | LUGAR QUE HABITARON |
---|---|---|
CHIBCHA | ARHUACOS | Sierra Nevada de Santa Marta |
TAIRONAS | Sierra Nevada de Santa Marta | |
MUISCAS | Región Central Andina | |
TUNEBOS | Casanare | |
ANDAQUÍES | Caquetá | |
PASTOS y QUILLACINGAS | Sur del País | |
GUAMBIANOS y PAECES | Cauca | |
CARIBE | TURBACOS, CALAMARES, SINÚES | Costa Atlántica |
QUIMBAYAS | Cordillera Central | |
PIJAOS | Tolima, Antiguo Caldas | |
MUZOS Y PANCHES | Tierras de Santander, Boyacá y Cundinamarca | |
CALIMAS | Valle del Cauca | |
MOTILONES | Norte de Santander | |
CHOCOES | Costa Pacífica | |
ARAWAK | GUAHÍBOS | Llanos Orientales |
WAYUS O GUAJIROS | Guajira | |
PIAPOCOS | Bajo Guaviare | |
TICUNAS | Amazonas |
LA FAMILIA CHIBCHA
Entre esta familia sobresalieron las tribus de los MUISCAS y la de los TAIRONAS por su organización económica, social, política y religiosa.
Característica del territorio chibcha fue la altiplanicie, situada entre 1.700 y 2.000 m sobre el nivel del mar, que facilitó el trabajo de agricultura y el desplazamiento a través de sus zonas de dominio comercial y militar. Fue la más importante por su cultura y población. Las numerosas tribus de esta familia tenían en común su idioma y algunos oficios como la agricultura, la cerámica y el tejido de las mantas.
- LA SOCIEDAD
- LA VIVIENDA
- LAS LEYES
- LA GUERRA
- CREENCIAS Y COSTUMBRES
- TEMPLOS
- FIESTAS
- EL IDIOMA
- LEYENDAS
- LA AGRICULTURA
- EXPLOTACIÓN MINERA
- INDUSTRIA: TEJIDOS Y CERAMICA
- COMERCIO Y COMUNICACIONES
La sociedad Chibcha tenía como base las familias agrupadas en clanes; varios clanes formaban una tribu y el conjunto de tribus se denominaba confederación. Las dos confederaciones principales eran las de Bacatá o Bogotá y Hunsa o Tunja. Los fundadores fueron el zipa Saguanmachica de la primera y el zaque Michua de la segunda.
La sucesión del gobierno se hacía por la línea materna de manera que el nuevo soberano debía ser el hijo mayor de la hermana de la esposa preferida del jefe o el primogénito de su hermana. De aquí se deriva la importancia que para ellos tenía la mujer, hasta el punto de concluir que el régimen imperante era el del matriarcado. Aunque en las clases superiores el padre era señor absoluto (patriarcado) también la sucesión se realizaba por la línea femenina, como se dijo anteriormente.
Los Chibchas no tuvieron construcciones monumentales. Tanto templos como habitaciones eran construidos de madera, bahareque, bejucos y paja, sin contar para nada con la piedra o el ladrillo. Las casas eran de forma cuadrada y redonda, cercadas artísticamente. Remataban en techo cónico y contaban con puertas y ventanas pequeñas.
Los zipas y los zaques construían viviendas más cómodas y vistosas. En los huecos destinados a sostener la edificación introducían bellas doncellas vivas y descargaban sobre ellas los pesados pilares que las trituraban espantosamente.
De las paredes y los cercados colgaban laminillas de oro que con el viento producían un fino timbre y en los pisos colocaban hermosas alfombras de paja o esparto.
El pueblo Chibcha se movía dentro de una especie de monarquía férrea e implacable. Al zaque de Tunja no podía mirársele a la cara, a riesgos de sufrir tormentos. De su voluntad despótica dependían vidas, bienes y honor de sus subordinados. Suyo era el territorio, la fecundidad de las tierras y el trabajo de los hombres. Las leyes eran cortantes: el cacique de Guatavita aplicaba la pena de muerte a los asesinos, los ladrones, los perjuros, los ociosos y al soldado cobarde lo obligaba a vestir de mujer y a dedicarse a oficios propios de su sexo.
Existía el derecho de propiedad privada y los bienes pasaban a los hijos y a las esposas, a excepción de los objetos de uso personal que eran enterrados con el cadáver del propietario.
Uno de los zipas llamado Nemequene reinó siglos antes del descubrimiento y a él se atribuye un código o conjunto de leyes que los indios cumplían fielmente. El robo, la infidelidad y la mentira eran sancionados ejemplarmente.
Los Chibchas no eran por naturaleza belicosos. Pero una vez forzados a la guerra se mostraban sanguinarios y no concedían perdón a ningún contrario que cayese en sus manos. Las luchas más frecuentes eran entre el zipa y el zaque, permanentes enemigos. Los ejércitos iban al campo de batalla lujosamente adornados y como armas usaban espadas de macana, varas puntiagudas, dardos, hondas, hachas y tiraderas para disparar flechas. Se acompañaban de músicos que con instrumentos especiales producían un ruido ensordecedor parecido al trueno.
Para sus adoratorios se dirigían a las lagunas, allí encontraron el centro de su credo. Al sonido de alegres músicas danzaban a sus orillas, extendían los brazos, los levantaban, se postraban en devota actitud. Allí ofrecían a sus deidades suntuosas ofrendas de esmeraldas, de objetos de oro y de barro. Los momentos cumbres de su vida transcurrían ante ellas: el ruego por la buena suerte de los recién nacidos, la entrada a la pubertad, los enlaces matrimoniales. Un sacerdote o jaque, un cacique, antes de entrar en ejercicio de sus funciones, debían purificarse en sus aguas y no faltaban las personas que disponían como acto supremo que sus cuerpos, al morir, reposaran en el fondo.
Creían que en el principio de los tiempos el mundo estaba sumergido en tinieblas. Un ser supremo retenía la luz y súbitamente empezó a emitir los primeros rayos y dio principio a la creación haciendo que unas aves negras surcasen los espacios repartiendo aire luminoso por sus picos. El mismo ser omnipotente creó el sol, la luna, las estrellas y todo cuanto existe. El sol o Sua y su esposa la luna o Chía, fueron objeto de rendida veneración. El primero era el padre de la vida y como tal regalaba alegría, fecundidad, bienestar. La luna con su pálida faz les inspiraba emoción sagrada, amor, encanto ante los fenómenos de la naturaleza. El origen del hombre lo situaban en las aguas: de una laguna próxima a Tunja había salido una mujer llamada Bachué o “la mujer buena”, acompañada de un niño de tres años. Cuando creció se desposó con él y de esa pareja descendieron todos ellos. Bachué les enseñó lecciones muy sabias en todo sentido y ya anciana se dirigió con su marido a la laguna y ambos, convertidos en serpientes, se lanzaron a ella. |
Bochica fue otro personaje fundamental. Hombre de gran sabiduría, había aparecido por el oriente y les enseñó amor al trabajo, réspeto a las leyes y honestidad. De él aprendieron a tejer, a construir las viviendas, a comerciar. Una mujer mala (Chíe) les hizo olvidar las normas del profeta e introdujo la corrupción. Como castigo la sabana se inundó hasta convertirse en un mar. Bochica escuchó las súplicas angustiosas y se presentó sobre el arco iris y dijo: “Abriré una brecha por donde salgan las aguas y quede libre vuestra tierra”. Y al decir esto arrojó una vara de oro que abrió el cauce formidable del Salto del Tequendama.
Enviado de Bochica fue Nemqueteba, quien les predicó sobre la inmortalidad del alma, los premios y castigos de ultratumba, de la resurrección, a la vez que perfeccionó las normas dictadas por su antecesor.
Fuera de las deidades citadas rendían culto al arco iris, al espíritu del mal, al dios de la embriaguez y de tal modo sus divinidades eran numerosas que cada indio podía inventarse a quien idolatrar a su antojo ya fuera para cada actividad, en presencia de males e infortunios o para pedir a su capricho cuanto desease.
Al lado de las lagunas no faltaron los adoratorios, como el famoso templo de Sugamuxi consagrado al sol y memorable por las riquezas que albergaba.
El culto de los muertos tenía características especiales: si el hombre estaba formado de una parte corruptible y otra inmortal, ésta emprendía un viaje larguísimo. De aquí la costumbre de rodear los cadáveres de ollas con alimentos, de chicha, mantas y objetos de oro según se desprende del hallazgo de tumbas o guacas, ricas o pobres según las condiciones económicas del difunto. Dominaban el arte de embalsamar hasta el punto de que hoy se conservan en museos, como el Nacional de Bogotá, momias en impresionante estado de conservación. Conjuntamente con los caciques eran sepultados sus esclavos preferidos y sus mujeres Los sacerdotes o jeques eran llevados a lugares secretos que nadie podía revelar. Al pie de la sepulturas se entonaban cánticos y se bebía chicha por espacio de varios días.
El entierro del zipa colocado en un asiento forrado de oro adornado magníficamente, constituía un hecho soberbio.
La muerte era para los Chibchas pensamiento obsesionante y la simbolizaban en una figura que llevaba en las manos una red dispuesta a aprisionar a quien escogiese.
El código de Nemequene y las enseñanzas de Bochica y de Nemqueteba formaron a la comunidad y la condujeron conforme a altos principios. La familia estaba integrada por el padre, la madre y los hijos. El matrimonio se efectuaba por compra: el pretendiente ofrecía por su compañera un bulto de maíz, un venado u otras especies, según su condición. Entre los jefes existía la poligamia o unión con varias mujeres. Mientras el varón se dedicaba a la agricultura, la minería, la caza, la pesca, etc., la mujer preparaba los alimentos, tejía, cuidaba los niños, fabricaba la chicha.
Desde niños los Chibchas eran formados en la escuela del trabajo que los hacía físicamente fuertes, hábiles para los menesteres de la agricultura, la caza, la minería y la guerra. No asistían a centros especiales sino que todo lo aprendían al lado de los adultos.
No tuvieron los Chibchas una noción monumental, sólida, de la arquitectura.Figura como excepción el templo de Sugamuxi, del cual los cronistas ponderan la elegancia del conjunto, la distribución y el lujo. Los palacios eran de numerosos aposentos, de amplios patios y cercados de gruesos maderos. Solían pintarse de rojo y adornarse con deslumbrantes láminas de oro. Los señores que los habitaban hacían gala de un lujo increíble y acumulaban tesoros cuantiosos. En las fiestas lucían zarcillos, brazaletes, gargantillas, cascos, pecheras, cinturones, mantos, cetros, coronas empedradas de esmeraldas.
Los Chibchas fueron esencialmente personas religiosas, es lógico deducir que las festividades y peregrinaciones fuesen muy frecuentes y aparatosas. El sol y la luna eran protectores de la agricultura, actividad básica y a ellos estaban destinados los ritos más solemnes y los tributos máximos. En su calidad de politeístas (creyentes en numerosos dioses), contaron con uno para cada quehacer: dios de los orfebres, de los comerciantes, de los tejedores, de los cortadores de madera, de la embriaguez, de los hombres corredores, de las siembras y las cosechas, etc.
Las ceremonias revestían a veces caracteres de inaudita crueldad: criaban jóvenes llamadas mojas para sacrificarlas en honor al sol y embadurnar las piedras con su sangre para que el homenajeado la bebiera. Otra ceremonia cruel fue las niñas trituradas por los pilares de las casas de los señores principales.
Las festividades profanas consistían en danzas acompañadas de cantos, música y abundantes libaciones de chicha. El deporte favorito fue sin duda el de las carreras de competencia.
De la lectura de los cronistas se deduce que los Chibchas se expresaban con notable facilidad y que su idioma era muy rico en matices. Inclusive que cultivaban la poesía y que entonaban canciones muy parecidas a los villancicos españoles. Idearon una forma de expresarse por medio de signos y de figuras. Desafortunadamente con el tiempo y la extinción sistemática de su raza, tales sistemas de comunicación desaparecieron. Miguel Triana en su libro “El jeroglífico Chibcha” reproduce incontables símbolos grabados o pintados en piedras. Es posible que ellos encierren narraciones indescifradas hasta hoy.
Es natural que entre agrupaciones supersticiosas como lo fueron y como lo siguen siendo los indios, proliferaran las leyendas. Unas son de fondo religioso, otras macabro, otras heroicas y amorosas, etc. Ejemplos: Las aves citadas anteriormente, las cuales fueron enviadas por un ser superior, colmaron el universo con la luz salida de sus picos; la de Bachué, la madre fecunda y misteriosa; la de Bochica el protector y el maestro; la de su continuador Nemequene y la de la formación del Salto del Tequendama.
Otra que llevó a la lejana Europa el nombre de América como emporio fabuloso de riquezas, fue la leyenda del Dorado.
La agricultura fue actividad absorbente para los Chibchas y llegaron a ser expertísimos en ella. Del maíz obtenían los más variados alimentos como la mazamorra, los bollos, la arepa y mediante el proceso de fermentación, la chicha. Cultivaron la papa, la yuca, la arracacha, los frijoles, los tomates, las auyamas, la calabaza y consumieron los frutos provenientes de los climas cálidos como la papaya, el aguacate, las guayabas, la chirimoya y la guama. El ají les sirvió como condimento y la coca para calmar el hambre. Con el tabaco se distraían y mataban los ratos de ocio. Además la coca y el tabaco fueron imprescindibles en las prácticas religiosas y de magia. Para curar las enfermedades contaron con las más variadas especies vegetales. Aún hoy, los indios conocen como nadie las propiedades curativas de las yerbas y a ellas apelan antes que a productos farmacéuticos.
Para mejorar la producción se valían del regadío por el sistema de caños y mediante muros de piedra amontonaban tierra fértil para semilleros y cultivos menores.
El algodón, materia prima de una de sus industrias más alabadas, debieron canjearlo con los vecinos de las tierras cálidas. La carne la obtenían de venados, peces, aves, conejos, armadillos, etc. En corrales domesticaron el curí, llamado “conejillo de Indias” y el pavo.
Explotaron las minas de sal de Zipaquirá y Nemocón. Como elemento insustituible, la sal era solicitada por las tribus más apartadas y por ello, más que las piedras preciosas y que los tejidos, fue la fuente mayor de su economía. Para formar panes o bloques la dejaban solidificar en utensilios de barro que luego rompían.
Las esmeraldas de Muzo y de Somondoco circulaban hasta en los extremos del país y se cotizaban a altos precios. El carbón para calefacción, para preparar los alimentos y evaporar la sal era extraído de Sogamoso, Tópaga y Gámeza. Aunque como orfebres ocuparon escala notable, fue a base de constancia, puesto que el oro tenían que importarlo de otros lugares.
El clima frío obligó a los Chibchas a perfeccionar las técnicas del vestido. Las mujeres, inclusive las de la alta nobleza, hilaban primorosamente el algodón y decoraban los tejidos con refinado gusto.
Las mantas eran el regalo preferido en los acontecimientos sociales y religiosos, en la posesión de los caciques y con ellas amortajaban a los muertos. Jamás usaron calzado y para completar el traje se pintaban con diferentes colores como el azul que obtenían del añil y el amarillo rojizo del achiote. Se enjoyaban con aretes, collares, pectorales, brazaletes hechos de oro o de piedras de colores y huesos. La cabeza iba cubierta con gorros de algodón y tenían a gran deshonor cortarse los cabellos.
El continuo manejó de la arcilla hizo de ellos alfareros o ceramistas maestros. En sus tumbas se han descubierto husos para hilar, rodillos para imprimir los tejidos, instrumentos musicales, adornos, figuras y vasijas. Mezclaban barro de diferentes tonos con el objeto de lograr efectos llamativos.
Para moler el maíz usaban morteros y manos de piedra; alisadores del mismo material para pulir la cerámica; agujas de hueso para coser. Como se sentaban en cuclillas, no usaban asientos y apenas para los jefes modelaban banquillos de arcilla.
El producto de la agricultura, la minería, los tejidos, la cerámica, al lado de surtirlos de lo suficiente para el consumo, les permitía contar con un excedente para sus intercambios. Realizaban ferias o mercados en cada pueblo y semanalmente concurrían a sitios determinados: Ráquira para el comercio de cerámica, Zipaquirá para la sal, Muzo y Somondoco para las esmeraldas, etc. Usaron monedas circulares de oro y para calcular el peso y las medidas empleaban hebras de algodón o hacían montoncitos y les fijaban precio. Si algo les sobraba, lo ahorraban en forma de granos de oro o esmeraldas que depositaban en vasijas, a modo de alcancías. |
Para comunicarse prefirieron la parte más alta de las montañas. Con ello no solo se orientaban sino que se prevenían de los ataques sorpresivos de los enemigos. El transporte terrestre se hacía a espaldas, especialmente de las mujeres. Para surcar los ríos usaban canoas hechas de troncos ahuecados con fuego y hachas de piedra.
LOS MUISCAS
Los Muiscas habitaron entre los altiplanos y valles de la cordillera Oriental colombiana, principalmente entre el macizo de Sumapaz y el nevado del Cocuy, a lo largo de los ríos Bogotá, Suárez y Chicamocha. La zona más poblada fue la sabana cundiboyacense, entre ellas, Bogotá, Nemocón, Ubaté, Chiquinquirá, Tunja y Sogamoso. Las condiciones de terrenos propios para la agricultura y el clima sano los hizo llevar una vida sedentaria. Fue el grupo de lengua chibcha más importante de los Andes colombianos, que ocupó la zona aproximadamente 1000 d. de C.
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- Características Físicas
El tipo del indio chibcha aún se conserva y puede describirse así: talla mediana y robusta, pelo negro y lacio; nariz ancha y corta, ojos pequeños, boca y dientes grandes, pómulos salientes. Eran inteligentes, valerosos y sufridos. - Aspecto económico
Los indios muiscas fueron muy laboriosos. Sus principales actividades eran: la agricultura, la minería, la pesca, la caza, la industria textil, la cerámica, la orfebrería y el comercio.- La agricultura
Los Muiscas fueron básicamente agricultores y tuvieron grandes conocimientos sobre los ciclos de la lluvia, los cambios de la luna y el cuidado de los cultivos. Cultivaron en tierras planas utilizando en algunos casos hileras de montículos; también usaron terrazas y se valieron de la irrigación natural con apoyo de los ríos y las lagunas cercanas a sus poblados; entre las más importantes están Guatavita, Siecha, Tota, Fúquene e Iguaque.
Su principal trabajo fue el cultivo de las plantas empleadas en la alimentación, como el maíz, con el cual preparaban arepas, bollos y bebidas embriagantes como la chicha; la papa que fue el cultivo fundamental; también sembraron la arracacha, quinua, los cubios, ibias, chuguas, fríjoles y auyamas; el ají lo usaban como condimento. Cultivaban frutas como guayaba, el tomate, uchuvas y curubas. - La minería
Los Muiscas se distinguieron entre las demás tribus por su gran habilidad para explotar las minas de sal, carbón y esmeraldas. Extraían la sal de Zipaquirá, Nemocón, Sesquilé y Upía. La procesaban haciendo evaporar el agua salada en grandes vasijas, de barro cocido que luego rompían para obtener pesados bloques.
Obtuvieron las esmeraldas en las minas de Muzo y Somondoco. El carbón lo utilizaban como combustible en la preparación de la sal y otros oficios. - La pesca y la caza
Pescaban en las lagunas; cazaban venados, armadillos y dantas; domesticaron los conejos y los pavos. - La industria fabril
También fue muy desarrollada. Tejían mantas que usaban como vestido. Estas eran muy finas y de variados colores. - Orfebrería y cerámica
Para los orfebres Muiscas, el arte tenía un doble significado: expresión estética y simbolismo religioso. Entre la orfebrería muisca sobresalen los tunjos, piezas con unas características definidas: pequeñas figuras humanas de una pieza, construidas en lámina delgada, en forma de placa triangular. Son estilizaciones hechas en la técnica de la cera perdida. En los cementerios y santuarios indígenas se han encontrado muestras de estas industrias, como patenas, instrumentos musicales, vasijas y como cosa sobresaliente los tunjos o ídolos de oro. - Comercio
Sobresalieron por su habilidad como mercaderes; practicaron el intercambio mercantil entre sus tierras frías y las de los llanos. Esto lo hacían a través de caravanas por sus caminos empedrados algunos y puentes colgantes, o en medio de trochas que les permitían llegar ante sus interlocutores comerciales. Se concentraban para sus mercados en Funza, Tocancipá y Turmequé. Uno de los principales productos que los Muiscas intercambiaron a través del sistema de trueque fue la sal, a cambio de la cual recibían oro, que luego trabajaban a su manera para volverlo a intercambiar. Lo mismo pasaba con las esmeraldas, amatistas y topacios, piedras preciosas que cambiaban por sal y después regresaban a sus antiguos dueños, pero esta vez pulidas y talladas, y por lo tanto, con mayor valor agregado.
Caso similar sucedía con el algodón, producto del que carecían. Lo obtenían mediante el intercambio mercantil y con él elaboraban ruanas o ponchos, que tejían y decoraban con estilo y colorido particular. De esta manera lograron desarrollar una industria textil de gran aceptación, incluso en nuestros días.
La versatilidad comercial de los Muiscas se complementó con el desarrollo que lograron en los medios contables crediticios, ya que supieron diferenciar el producto y su equivalente luego de agregarle más trabajo. De la misma manera llegaron a establecer tasas de interés sobre créditos comerciales, lo que quedó sustentado en una legislación de acuerdos comerciales entre las partes, que debía respetarse, so pena de recibir sanción de tipo social o económico, mediante la confiscación de sus bienes. También usaban como monedas discos de oro. - Organización social
La base de la organización chibcha fue la familia. Los matrimonios se efectuaban generalmente entre gentes de la misma tribu; los jefes tenían el privilegio de poseer varias esposas. La sociedad se dividía en varias clases: Nobles o usaques, sacerdotes o jeques, quechuas o guerreros, comerciantes y el pueblo, que comprendía agricultores, mineros y artesanos.
Los Sacerdotes o Jeques eran a la vez médicos y brujos; para llegar a esta posición el indio tenía que estudiar durante muchos años.
- La agricultura
- Vestido
El vestido consistía en una especie de túnica y una manta atada por las puntas en el hombro, fabricadas con telas gruesas de algodón, adornadas con rayas de colores. Los personajes principales vestían mantos más finos de distintos colores, las telas eran estampadas con tintas de origen vegetal y mineral, utilizaban rodillos y sellos hechos en cerámica. No utilizaban calzado. Se pintaban el cuerpo con achiote, además utilizaban en la cabeza plumas vistosas de aves; también usaron brazaletes, collares, narigueras y pectorales bellamente fabricados en oro. - Organización Política
Los Muiscas estaban organizados en tres grandes cacicatos o confederaciones: El de Bacatá (Bogotá), el de Hunza (Tunja) y el de tundaza (Duitama). Además había otros cacicatos menores como el de Sáchica. Cada grupo de estos tenía su gobierno independiente, una jurisdicción territorial sobre una serie de poblados que les pagaban tributo. El jefe principal o cacique era obedecido por todos.
El soberano más importante fue el Zipa o señor de Bacatá, quien residía en Funza; era venerado por sus súbditos, poseía grandes riquezas, joyas y disfrutaba de casas de recreo. Otro jefe fue el Zaque de Hunza, soberano de gran fama, admirado, porque según los indios tenía origen divino. El cacique Tundama se hizo célebre por ser gran militar.
Social y económicamente, entre los Muiscas existieron seis clases o estamentos, así: los sacerdotes o jeques, la nobleza guerrera o los guechas y los pregoneros o aquellos funcionarios que hacían conocer la voluntad del cacique. También estaban 1os comerciantes, los artesanos y los agricultores, que se regían por un orden jurídico rígido. También sobresalieron los mineros en especial los que trabajaban en las minas de sal y esmeraldas y por último, los esclavos que, generalmente, eran prisioneros de guerra y a veces servían para los sacrificios religiosos.
Los ancianos eran muy respetados formaban parte de un consejo para ayudar a los caciques en el gobierno. Las leyes de los chibchas eran muy sabias. Castigaban con rigor a quienes robaban, mentían o mataban. Su principal legislador fue el Zipa Nemequeme.
Pagaban impuestos para sostener a los sacerdotes, a los ancianos y a los inválidos; no eran guerreros pero cada soberano tenía su ejército para defenderse, en caso de ataque o guerra declarada. - Las ciencias
Las ciencias estaban representadas por la astronomía, la meteorología y la confección de un calendario que servía de base para la agricultura, ya que los cultivos dependían directamente del comportamiento del sol (Zué) y de la Luna (Chía). Dividían el año solar en cuatro épocas, delimitadas por los períodos de invierno y verano, que a su vez se subdividían de acuerdo a los cambios lunares. Utilizaron el sistema basado en los dedos de las manos y de los pies para contar; al llegar al veinte, comenzaban otra veintena; el palmo y el pie fueron sus medidas de longitud. - Religión
Los sacerdotes Muiscas eran los jeques y éstos, para desempeñar su oficio, se recluían por algún tiempo en una especie de “seminario”. Practicaban el ayuno y dedicaban toda su vida a la religión.
Los Muiscas, al contrario de otros grupos precolombinos, representaron en diferentes animales a sus principales divinidades y situaron al hombre como centro de la naturaleza. El hombre representó la fuerza, el poder, la sabiduría y la prudencia; la mujer, la vida, la fertilidad y la organización. Eran cultivadores y consumidores de coca, tabaco y yopo. Dicho consumo tenía connotaciones religiosas. Los indios eran idólatras. Adoraban al Sol a quien llamaban Sue y a la Luna, Chía. Rendían también culto al agua, al arco iris. Su dios principal fue Chimininchagua, quien era el origen de todo y fue quien creó la luz, pues el mundo antes era oscuro. Chibchacum era el dios protector y si se le ofendía, se vengaba.
Celebraban sus fiestas con mucha solemnidad. Las procesiones eran muy concurridas. Los adoratorios más célebres fueron las lagunas de Guatavita, Siecha, Ubaque y Fúquene. En Sogamoso se encontraba el templo del Sol, el principal de los indios chibchas.
Los indios por lo general rendían culto a los muertos y como creían en la inmortalidad del alma los enterraban con alimentos, joyas, vestidos, etc. La muerte era concebida como el comienzo de un viaje que los conduciría a un mundo parecido al de ellos y en donde la vida sería fácil y difícil, de acuerdo con el comportamiento que hubieran tenido en esta vida. - Ritos
Celebraban los ritos religiosos principalmente en las lagunas. Allí concurrían periódicamente en peregrinación a llevar sus ofrendas al Sol y a la Luna; poseían también adoratorios como los cojines del diablo en Tunja. El centro ceremonial del zipa estaba ubicado en la localidad de Chía (actual municipio de Cundinamarca), donde había un templo dedicado a la diosa Luna. La adoración al Sol se llevada a cabo en el centro ceremonial del zaque en la población de Sogamoso (actual municipio de Boyacá), y en la laguna de Guatavita tenía lugar el famoso baño en oro del zaque de este Estado muisca, el cual dio paso a la famosa leyenda de El Dorado. En la laguna de Guatavita, el cacique de la región, para rendir culto a los dioses se cubría el cuerpo con oro en polvo y se bañaba en ella; los indios completaban la ceremonia, arrojando a sus aguas esmeraldas y figuras de oro.
La religión tenía también prácticas muy crueles; al Sol le ofrecían como sacrificio niños y mancebos que alimentaban con esmero. En Gachetá cada semana se sacrificaba un muchacho sobre una piedra como ofrenda a los ídolos.
En la laguna de Siecha se encontró un objeto de oro en forma de balsa con diez figuras humanas. Esta imagen dio a conocer la ceremonia religiosa. Los ritos que ellos celebraban originaron la leyenda de El Dorado, que tanto atrajo a los conquistadores.Leyenda de Guatavita (El Dorado) - Personajes y leyendas
Los chibchas tenían leyendas para explicar los grandes acontecimientos y fenómenos. En relación con la leyenda del origen del hombre decían que de la laguna de Iguaque en Boyacá, salió una mujer llamada Bachué con un niño de tres años. Cuando este fue mayor, Bachué lo recibió por esposo y del matrimonio nacieron los primeros hombres. Ya ancianos, regresaron a la laguna convertidos en dos grandes serpientes; posteriormente se convirtió en protectora de la agricultura. Chía produjo una inundación en la sabana de Bogotá y cuando los hombres estaban a punto de ahogarse, apareció Bochica, quien los salvó dándole salida a las aguas al formar el Salto del Tequedama, convirtiéndose desde entonces en patrono de los Muiscas. Lo representaban en el Arcoiris, símbolo de las relaciones entre el sol, padre de la luz y el agua, padre de los hombres y principio de la vida.
Según las tradiciones chibchas Bochica fue un personaje que influyó en sus vidas porque dio sabias enseñanzas e ilustró a los indios sobre la inmortalidad del alma y sobre los premios y castigos en una vida futura.
LOS TAIRONAS
Los Taironas habitaron la Sierra Nevada de Santa Marta, un accidente geográfico independiente de la cordillera e los Andes, durante los siglos XI yXII d. de C. Se situaron entre el nivel del mar y una altura aproximada de 2.000 metros, principalmente en la zona de Santa Marta, cerca del río Bonda y a lo largo de los ríos Ariguaní, Cesar y Ranchería, también en los valles de los ríos Palomino y Buritaca.
Se caracterizó el territorio Tayrona por sus hoyas quebradas y faldas montañosas bastante abruptas y en muchos casos encajonadas. Esto los llevó a desarrollar una agricultura de terrazas y una urbanización escalonada en las ciudades. Conocieron el calor del trópico por su cercanía al mar Caribe y las zonas templadas y frías de la Sierra Nevada.
- Organización Política
El medio geográfico de la Sierra, montañoso y escarpado, contribuyó a la concentración de la población en poblados pequeños y grandes, propicios para la formación de cacicazgos.
Los Taironas se consolidaron alrededor de dos confederaciones, que agrupaban una serie de poblaciones bajo sus respectivas autoridades. Estas fueron la de Bonda, cercana a la actual ciudad de Santa Marta, y la de Pocigueica, por los lados de Río Frío, actual zona bananera. En estos y todos los poblados había un cacique, pero no todos eran del mismo nivel. Había caciques más importantes que primaban sobre otros. Algunas poblaciones estaban divididas en barrios. También existieron unidades políticas mayores, acercándose a federaciones, como Tayronaca, el Valle de la Caldera y Betoma. Cada una de ellas tenía un jefe o especie de cacique, al que acompañaba una corte de nobles guerreros o los manicatos que llevaban una marca distintiva de cabello, además de los jefes religiosos, llamados noamas. Guerreros y sacerdotes compartían la responsabilidad política y religiosa. Después venían los especialistas, como agricultores, artesanos y mercaderes. - Aspecto económico
- Agricultura
Los Taironas trabajaron la agricultura mediante el sistema de terrazas, debido a lo escarpado de sus territorios; hicieron uso de sistemas de irrigación y desagüe especializados. El instrumento de trabajo agrícola fue el surco de madera como principal herramienta. Se destacaron el cultivo del maíz (principal cultivo), yuca, auyuma, fríjoles y árboles frutales. Los Taironas cultivaron y consumieron coca. - La pesca y caza
Los Taironas fueron pescadores y el pescado fue un elemento básico del comercio que desarrollaron activamente, intercambiando también sal marina, orfebrería y tejidos. Con los Muiscas, cambiaban sal marina y caracoles por esmeraldas.
Combinaron la agricultura con la caza y cría de animales, tales como el curí y varios tipos de patos y venados, que abundaban en los ríos y lagunas. - Orfebrería y cerámica
La alfarería fue otra actividad de tipo artesanal y se expresó en vasijas, jarrones, platos, copas, etc., que muchas veces decoraban con figuras humanas deformes, zoomorfas o geométricas, en diferentes colores, que obtenían de minerales o vegetales. - Comercio
En el caso de los Taironas, los equivalentes de valor llegaron a ser el oro, la sal, el pescado y algunos llegan a señalar también la coca para intercambiar por otras cosas que necesitaban.
- Agricultura
- Ingeniería
Los Taironas sobresalieron por su destreza urbanística en ingeniería, lo que en cierta forma los situó a la altura del resto de culturas precolombinas más adelantadas en América.
En lo urbanístico se destacaron por la construcción de poblados o ciudades en forma circular en las zonas planas de las estribaciones de la Sierra Nevada, a las cuales se llegaba por medio de caminos empedrados y/o puentes colgantes. Dichos poblados contaron con canales de desagüe, zonas públicas y residenciales con casas de ricos y pobres, que se diferenciaron por el tipo de base sobre la cual se construyeron. En el caso de las casas de ricos los cimientos eran de varios círculos, mientras que la base de los pobres era de un sólo círculo, lo que las hacía más frágiles.
Un ejemplo de lo que fue el sistema de una urbanización Tayrona es Ciudad Perdida o Buritaca 2.000, la cual fue descubierta en 1975. Se designa con ese número por haber sido el poblado doscientos de esa cultura hallado con las características propias de las ciudades Taironas, tales como plataformas curvas y revestidas de piedra para las casas situadas en las laderas, escaleras de piedra, muros de contención para evitar deslizamientos, canales y sistemas de drenaje tanto para la parte urbana como para las zonas agrícolas y una plaza pública para transitar y para ceremonias especiales. - Creencias y Ritos
La sierra Nevada de Santa Marta comprende el mundo de Los Taironas; alrededor suyo giran todas sus creencias y actividades. El sol y la luna tienen una gran importancia dentro de sus creencias ya que influyen sus cosechas, fuente de susbsistencia.
El centro de la vida social, política y religiosa era la plaza de la población; allí se realizaban los actos religiosos en honor al sol, los juegos y las danzas rituales.
FAMILIA CARIBE
Buscaron para vivir las tierras bajas y calientes como las costas y los valles de los ríos Magdalena, Cauca, Atrato y Sinú. Esta familia fue muy numerosa, se agrupó en territorios independientes. No se unificaron en un estado sino que se disgregaron en agrupaciones menores, de diferente organización social, distinta religión y costumbres propias para cada una.
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Los pueblos más importantes de la familia Caribe fueron: Los Muzos que habitaron la región comprendida entre los ríos Magdalena, Sogamoso, Ermitaño y suárez; los Panches que se establecieron entre los ríos Negro, Guarinó, Coello y Fusagasugá; los Pijaos, vivieron en la zona comprendida entre los actuales departamentos del Tolima y Caldas, los Quimbayas que se concentraron en el departamento del Quindío y los Motilones cuyos descendientes aún viven en la hoya del río Catatumbo. Los Quimbayas fue la tribu más representativa de la familia caribe que logró radicarse en un solo sitio a diferencia de los demás caribes que eran nómadas; los Quimbayas consiguieron grandes adelantos en el arte de la cerámica y de la orfebrería. Parte de la orfebrería Quimbaya puede admirarse en el Museo del Oro del Banco de la República, en Bogotá.
- Características Físicas
Su cuerpo era de mayor tamaño que el de los chibchas, eran corpulentos, musculosos y de nariz curva o aguileña. Su rostro tenía facciones más finas. Algunas tribus acostumbraban deformarse el cráneo, las orejas, los brazos y los pies. Usaban como vestido guayucos y otros vivían casi desnudos. Las mujeres vestían túnicas. Tenían como costumbre pintarse el cuerpo y la cara con tinta que extraían de las plantas; se adornaban con narigueras, zarcillos y collares. - Actividades
Su vida a la orilla del mar y de las cuencas hidrográficas los hizo navegantes expertos, pescadores, cazadores y guerreros. La principal actividad de los caribes fue la guerra. Eran valerosos y opusieron resistencia al dominio español. Cultivaban el algodón, el ñame, la yuca, el maíz y las frutas. - Industria
La orfebrería Caribe logró alto grado de perfección en acabado y originalidad, hasta el punto de asegurarse que ninguna tribu le aventajó. Grupos de su familia como los Quimbayas, los Pijaos, los Panches, los Sinúes y los Muzos, fueron artistas consumados en esta rama. La alfarería fue también bellísima y las piezas que hoy se conservan constituyen tesoro de museos y de coleccionistas. La preparación de venenos ocupó entre ellos el primer lugar. Sus flechas resultaban fatales no solo por la punzada sino por el curare en que iban untadas. El curare lo obtenían de yerbas tóxicas y de animales ponzoñosos. Otro fue el veneno de la rana, preparado con las glándulas de cierta especie de estos batracios. Quien era alcanzado por tales sustancias sufría dolores terribles, convulsiones, asfixia, paros cardíacos y paralización del sistema nervioso. - La guerra
Usaban como armas flechas incendiarias y otras envenenadas con curare; también empleaban la pica y el hacha. Asistían a la guerra adornados con penachos de plumas. Sus costumbres eran feroces. Practicaron la antropofagia y reducían las cabezas de los enemigos muertos, sin que perdieran sus facciones naturales, como es común entre los Jíbaros del Ecuador. Lucían collares de dientes humanos y celebraban banquetes con prisioneros engordados en jaulas. La ofrenda preferida para sus dioses era el corazón sangrante de sus adversarios. - El vestido
No ponían cuidado especial al vestido. Solían andar desnudos y cuando más, los hombres se cubrían con un guayuco o taparrabo y las mujeres con una pequeña falda de algodón y a veces con una manta. Se pintaban el cuerpo caprichosamente y lucían finos adornos. - Comercio
Los caribes tuvieron alto grado de desarrollo comercial. Se trasportaban por el mar y los ríos en canoas y piraguas. Negociaban perlas, caracoles, esmeraldas, tabaco y algodón por mantas, plumas y alimentos. Algunas tribus caribes trabajaban muy bien el oro y el barro. - Religión
Adoraban al Sol y la Luna, las estrellas y las piedras; veneraban a los muertos. Los mohanes, brujos o médicos eran los encargados de hacer las ceremonias. La religión no les imponía frenos como a los Chibchas y de allí sin duda su libertinaje y despreocupación por la moral.
FAMILIA ARAWAK
Los Arawacos tomaron como asiento la Sierra Nevada de Santa Marta. Conforme a modernas investigaciones vivieron en principio en las llanuras costaneras de Colombia y Venezuela, con lo cual perdieron su unidad idiomática y adoptaron dialectos diversos.
Algunas tribus de la familia Arawak existen actualmente. De estas, la más conocida es la de los guajiros que todavía conserva puro su tipo racial y sus costumbres.
- Características Físicas
Los arawak son de talla mediana, piel oscura, rostro ovalado, nariz recta y aguileña. Los hombres visten el guayuco y las mujeres generalmente usan túnicas o batas, faldas o pampanillas. Los indios se pintan el rostro y se adornan con grandes plumas para ceremonias especiales.
Son seminómadas, viven de la caza y de la pesca, de la cría de animales domésticos, de la extracción de la sal, de la cestería, de la cerámica. Tejen chinchorros o hamacas. Otra de sus actividades es la recolección de almendras, corozos, huevos de tortuga. - Organización social
En algunas tribus existe el patriarcado. En otras de La Guajira, el matriarcado. Creen en un ser superior. Sus fiestas son colectivas y danzan al son de distintos tambores. - Arquitectura
Su cultura se caracterizó por el empleo de instrumentos de piedra tallada, cuchillos, hachas y figuras humanas del mismo material. El manejo de la piedra en las construcciones de las viviendas, los altos muros de cercado indican en ellos avanzados conocimientos de talla y arquitectura.
Sus terrazas son muestra de los aventajados sistemas que tenían para la conservación de las tierras, evitando la erosión y acumulando mediante ellas gruesas capas de cultivo. De lado iban escalinatas, acueductos, caminos que facilitaban la tarea agrícola y el transporte de los productos. - Religión
Rendían culto a los muertos a quienes colocaban en bóvedas de piedra cubiertas de lajas. - Alfarería
Trabajaban artísticamente la alfarería y su decoración y policromía la colocan entre lo mejor de la América precolombina. - Vestido
Usaban escaso vestido, se deformaban el cráneo y se pintaban el cuerpo. - Agricultura
Cultivaron el maíz, el tabaco, el algodón, las calabazas y los fríjoles. De las tierras cálidas se aprovisionaban de yuca, guanábanas, piñas, guayabas y ciruelas. - Orfebrería
Alearon el oro y el cobre y fabricaron filigranas y collares de delicada finura. Usaban la coca para saciar el hambre y como músicos emplearon tambores de cuero y flautas de huesos humanos.
OTRAS CULTURAS QUE SE DESARROLLARON
CULTURA TIERRADENTRO.
En la costa del Pacífico, al sur de Colombia, se desarrolló la cultura Tumaco, que cuando se extendió al Ecuador, se llamó tolita. Esta cultura se destacó por la escultura de innumerables cabezas y estatuillas de arcilla, que ostentan un particular estilo y pueden identificarse inmediatamente. En el centro ceremonial de La Tolita, estos artistas realizaron representaciones de cabezas de tamaño natural que hoy se encuentran en los museos de Quito y Guayaquil.
Los orfebres prehispánicos utilizaron para moldear las piezas de oro la técnica conocida como de “la cera perdida”. Consistía en crear un modelo de la figura que se quiere representar y cubrirlo con cera. Este modelo se recubría con capas de arcilla mezclada con carbón triturado hasta formar un molde que cubriera la figura. El molde se dejaba secar y luego se calentaba para que la capa de cera se derritiera y saliera por un orificio que se había dejado en el molde. Luego, por ese mismo orificio se vertía el oro fundido hasta que llenara el espacio dejado por la cera. Cuando el oro se enfriaba, se rompía el molde y al objeto de oro se le daban los toques finales.
La cultura de Tierradentro floreció en el Cauca, en las escarpadas vertientes de los ríos Páez, Negro y la Plata. Se destacó como cultura lítica, por sus monumentales hipogeos, o tumbas, a las que se descendía por una escalera de caracol y cuyas cámaras están ricamente de coradas en rojo y negro sobre fondo blanco.
LA MISTERIOSA CULTURA MEGALÍTICA DE SAN AGUSTÍN
Estuvo situada en la cabecera del río Magdalena, en el departamento del Huila, en el llamado valle de San Agustín. Este ámbito geográfico fue propicio para su desarrollo e irradiación, por los declives de la cordillera que bajan hacia la Amazonía, los caminos naturales hacia Nariño y Cauca y por lo tanto, al Ecuador y las vías de acceso al norte y occidente del país.
La civilización agustiniana fue tan aventajada que apenas admite comparación con la Azteca, la Maya y la Inca. Posiblemente los monumentos de piedra que son su característica fueron tallados entre el año 600 antes de Cristo y el siglo IX de esta era. |
Esta cultura del periodo Formativo se caracterizó por una copiosa e imponente estatuaria, centenares de esculturas megalíticas y relieves trabajados en piedra volcánica. Hasta el momento se han descubierto mucho más de 300 estatuas y aun en la época, como ocurrió en 1972, se siguen desenterrando otras.
Aunque se ignoran sus orígenes y los motivos de su dispersión los vestigios arqueológicos evidencian un arte de dos milenios que en sus técnicas de cerámica, costumbres funerarias, creencias y mitos, proyecta símbolos comunes a otros grupos indígenas de América, desde México hasta el Perú. Uno de estos es el Mito del jaguar que también se manifiesta en la cultura Olmeca y en la de Chavín de Huántar.
Las estatuas de San Agustín tienen características que les confieren un estilo propio: su gran tamaño, su rigidez, su frontalidad, es decir, que siempre están de frente. Tallaron figuras humanas (antropomorfas), animales (zoomorfas), seres ultra-terrenos de aspecto feroz, deidades, etc. Generalmente pulían la cabeza con esmero y el resto lo resolvían con líneas rectas. Las manos siempre aparecen sujetando algo: herramientas agrícolas, armas, pescados, niños, monos, serpientes, etc. Otra característica de algunas estatuas es el doble yo o representación de una figura que lleva a otra sobre su cabeza. San Agustín constituye uno de los enigmas arqueológicos de América.
En el lecho de una quebrada que atraviesa el valle labraron una serie de canales que desembocan en un campo cubierto de pequeños depósitos cuadrangulares. Es la llamada Fuente de Lavapatas. En los contornos esculpieron serpientes, lagartos, monos, ranas.
Los bloques de piedra, hasta de cuatro metros de altura y varias toneladas de peso, fueron transportados hasta allí sin duda por medio de rodillos de madera. En las ruinas de los talleres se han encontrado manos de piedra, piezas duras en forma de navaja, raspadores, cuchillos y puntas, utilizados seguramente para su obra monumental.
- Actividad económica
Como complemento de la estatuaria, los agustinianos fueron agricultores y alfareros. En tejidos parece que no avanzaron mayor cosa y en música sus instrumentos favoritos fueron la flauta y la trompeta. - Organización social y política
La sociedad agustiniana comprendía varias clases: los jefes religiosos que fueron los dirigentes y los guerreros. La clase inferior era el pueblo que cultivaba la tierra, esculpía las estatuas, labraba los sepulcros, elaboraba las armas, las vasijas y en menos escala, los adornos de oro. La sociedad se aunó en clanes protegidos por una divinidad. La cultura de San Agustín tiene relaciones con la Inca, la Azteca y la Maya y hasta en los pueblos primitivos de la China se han observado motivos similares. - Religión
La religión fue para ellos presencia permanente. Su influencia los llevó a eternizar en la piedra sus símbolos y sus misterios.
Actualmente, San Agustín es un Parque Arqueológico Nacional en el departamento del Huila que todos los días atrae mayormente a turistas y estudiosos de todo el mundo. |
INDÍGENAS SOBREVIVIENTES EN COLOMBIA
Se habla de una cifra de 450 a 500 mil indígenas en Colombia, pertenecientes a cerca de 81 etnias diferentes, con 64 distintas lenguas habladas. El grupo más numeroso son los Paeces, cerca de cien mil, que habitan en el suroccidente del país. Siguen los Guajiros o Wayú, con unos 73 mil individuos, que ocupan las tierras semidesérticas de la península de La Guajira. Otros grupos demográficamente importantes son los Chócos habitantes de las selvas húmedas del occidente del país y de algunas áreas aledañas de cordillera. Con menor número de habitantes, pero con variedad de grupos étnicos, se encuentran los pobladores de la Amazonía, que se estima son 50 mil, repartidos en cerca de 50 grupos étnicos, entre ellos están los Ticunas, Witotos y Guahibos. Otros grupos menos densos en población, pero igualmente complejos en cuanto a sus formas culturales, son los Kogis, los Guambianos, los Noananás o Waunana, los Yagua, entre otros.
- Kogis
Los kogis habitan la Sierra Nevada de Santa Marta. Son descendientes directos de los antiguos Taironas. Se distinguen por ser una sociedad femenina, de tipo matriarcal. De ahí que la deidad suprema es una mujer, la madre universal, creadora del cosmos y de todo lo existente, de la cual nació el género humano, la tierra, las plantas y los animales. La mujer cultiva la tierra, siembra, desyerba, cosecha y acarrea los productos de la sementera al hogar.
Los kogis celebran grandes ceremonias en honor al Sol y la Luna, festejando ritos en su centro sagrado, cuya casa principal simboliza el cosmos. Realizan además conmemoraciones colectivas antes de la siembra para consagrar la semilla. A los sacerdotes kogis se les da el nombre de mama, que también significa sol. Conservan las tradiciones culturales de los Taironas, entre ellas la de mambiar (masticar hojas de coca), para resistir el hambre y las duras jornadas laborales. - Guambianos.
Habitan el departamento del Cauca, están en el occidente de Tierradentro. Los grupos domésticos son la base organizativa de la vida social de la comunidad; se hallan generalmente compuestos por una familia nuclear (padre, madre e hijos solteros) que viven solos en su propia vivienda. Es frecuente encontrar junto a la familia nuclear, otros miembros como nueras, nietos, padres viudos, etc. En Guambía, las viviendas tienden a ser ocupadas por un grupo doméstico únicamente, aunque se pueden encontrar algunas en las que reside más de uno y casos en que éste está conformado por más de una familia nuclear. Sin embargo, estas situaciones tienden a ser transitorias y generalmente se encuentran asociadas con la presencia de hijos varones con hogares recién conformados, que aún no han construido su propia vivienda. El tamaño promedio de estas unidades domésticas es de 5.8 miembros.
Sus vestidos de vivos colores resultan muy llamativos y en su mezcla de falda larga y poncho o ruana se perciben influencias indígenas y españolas. - Guahíbos
Los guahíbos están ubicados en el llano de Casanare, donde permanecen marginados de la civilización occidental, sin permitir intromisión en sus asuntos y su cultura. Viven de la agricultura, la caza y la pesca. - Guajiros o Wayú
Están ubicados en la península de la Guajira. Tienen tendencia a la vida nómada. Se caracterizan por el matriarcado y su población está dividida en castas. La base de su economía es la cría de ganado y la explotación de las minas de sal y de yeso. Entre sus actividades artesanales se destaca el tejido, que trabajan con gran maestría y perfección, elaborando túnicas, hamacas, mantas y variedad de productos. La lengua guajira posee gran sonoridad por su fuerza tonal variada. - Witotos
Habitan la región del bajo Caquetá y el Amazonas. Practican la agricultura, la caza y la recolección. Cada familia tumba una parcela de bosque por año y al cabo de tres años la abandona en busca de nueva tierra. Viven en malocas o grandes casas de paja donde están el padre o dueño de la maloca, sus hijos hombres y sus familias y hermanos y viudas. - Ticunas
Se localizan en el trapecio amazónico. Practican la horticultura, la caza, la pesca, la recolección y el comercio. Son excelentes artesanos y elaboran hamacas, mochilas, canastos y máscaras que son muy apetecidos por los turistas. Además de su organización familiar, en las aldeas tienen un curaca, que es un hombre adulto que coordina el grupo, conoce las tradiciones y creencias y se comunica con los blancos. - Chocoes
Habitan la costa Pacífica. Cultivan plátano, maíz, caña de azúcar y recientemente cacao y café. Complementan la agricultura con la caza y la pesca. En sus comunidades, existen los chamanes o sacerdotes, que ejercen funciones de curación de enfermedades y de entrar en contacto con los espíritus. No es un oficio hereditario; los chamanes transmiten sus poderes en ceremonias que pueden durar varias noches. Como emblema de su poder, el chamán porta un bastón de madera. - Paéz
Su hábitat es Tierradentro, uno de los reductos indígenas más importantes, del país. Son primordialmente agricultores y la tierra para ellos es la razón de la vida y la fuente de su seguridad. Están organizados en cabildos que son elegidos todos los años. Los cabildantes poseen varas de mando para simbolizar su autoridad.
El cabildo está conformado por un gobernador, un comisario, un alcalde, un alguacil y un fiscal, cada uno con funciones específicas. En la segunda década de este siglo, el indígena Manuel Quintín Lame encabezó un movimiento que quería defender los derechos de los indígenas a poseer sus tierras, a defender los cabildos como centro de autoridad y a no ser discriminados por los blancos. Si bien el movimiento fue reprimido, los paeces han mantenido vivos esos ideales y han alcanzado grandes logros como la formación del CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) que busca recuperar la autonomía política, económica y cultural de los indígenas.
Los paeces son un grupo que habita el departamento del Cauca. Combatieron ferozmente a los conquistadores y actualmente están dedicados a la agricultura y la ganadería, conservando viva la tradición y la imagen de su heroína, la cacica Gaitana. - Motilón Barí
Habitan en el departamento de Norte de Santander. Viven en la frontera con Venezuela en la Serranía de los Motilones. Se estima que esta comunidad está integrada por unos tres mil indígenas que sobreviven de la pesca y la cacería. Se alimentan de maíz, bananos, caña de azúcar y cacao. Crían cerdos y gallinas. - Waunaná o Noananá
Habitan la cuenca del río San Juan, principalmente en su desembocadura, que forma una extensa red acuática que se abre paso entre la selva de manglares para llegar al Océano Pacífico. En una casa grande vive una pareja con sus hijos, nietos y aún bisnietos. El sistema de residencia es patrilocal o sea que al formarse una nueva pareja, se establecerá en la casa del hombre. Los hijos traen sus mujeres a la casa paterna y las hijas dejan su hogar para trasladarse a la de sus maridos. La autoridad familiar es patriarcal: Es el padre, el abuelo o el bisabuelo quien tiene el mando, toma las decisiones y las hace ejecutar. La herencia de hombres, bienes y algunas veces cargos, es bilineal; el individuo lleva tanto el apellido paterno como el materno y se considera que pertenece a las familias de sus dos progenitores. La tradición establece que una vez el padre fundador muere, cada uno de sus hijos se va a otro lugar, construye una nueva vivienda y establece su propia familia. Las nuevas casas quedarán distintas unas de otras, a lo largo de la quebrada entre trescientos y quinientos metros. Cuando la esposa queda con vida se va a vivir generalmente con el mayor de sus hijos.
Hombre y mujer se complementan para la labor agrícola; los hombres tienen a su cargo la tumba o la roza (tumba cuando hay que derrumbar grandes árboles, roza cuando apenas se limpia una zona ya antes trabajada) y luego la quema, quedando así preparado el terreno para que llegue la mujer a sembrar, cosechar y recoger los frutos. El hombre también tiene a su cargo el limpiar, deshierbar, cazar y pescar.
Los Noananás practican la endogamia tribal, o sea que no pueden casarse sino con personas de la misma tribu; pero siguen las leyes de exogamia con sus primos hermanos, no aceptándolos como cónyuges.
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